Tener la inteligencia de un
adulto y las emociones de un niño es una
situación que requiere una atención especial.
Muchas madres disfrutan
enormemente de su hijo superdotado. Sus preguntas, sus comentarios, sus
sensibilidad y madurez resulta para ellos una alegría, aunque también admiten
que el día a día las ¨Agota¨.
Cuando sienta agobio por el
constante bombardeo de sus preguntas
acuerden con sus hijos que no siempre pueden hacer preguntas.
Hágale ver que no desaprueba su
curiosidad pero que a veces necesita un respiro. Decirle algo como:
¨En este momento no vamos a
hablar, lo hacemos más tarde y continuaremos hablando de este tema que te gusta
o te interesa¨.
Es importante Delimitar los
espacios y momentos para hacer preguntas.
Por ejemplo ¨cuando está conversando con otro adulto¨, ¨cuando está hablando por teléfono con otra
persona, ¨cuando usted está leyendo, etc.Es importante recordar que al niño superdotado, se debe considerar como un niño a pesar de ser muy inteligente y precoz, por ejemplo cuando se caiga dele un beso, un abrazo (apoyo emocional) y no una explicación del motivo de su caída ( apoyo intelectual)
Solange Otiura
Psicóloga
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